23 “¿O
estas cosas, como decís por lo común, fueron establecidas por un dios en
atención de los hombres?, ¿o de los sabios? A causa de pocos, por tanto, fue
hecha una construcción tan grande. ¿O de los necios? Pero en primer lugar, no
hubo razón para que se ocupara de los ímprobos; en segundo lugar, ¿qué
consiguió, dado que los necios son indudablemente muy miserables, precisamente
porque son necios? (En efecto, ¿qué podemos decir más miserable que la
necedad?) En segundo lugar, supuesto que en la vida hay tantos males, que los
sabios mitigan por la compensación de los bienes, los necios no pueden ni
evitar los males futuros, ni sobrellevar los presentes.
En Cicerón, Libro 1 a Sobre la naturaleza de los dioses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario