viernes, 19 de septiembre de 2014

23 “¿O estas cosas, como decís por lo común, fueron establecidas por un dios en atención de los hombres?, ¿o de los sabios? A causa de pocos, por tanto, fue hecha una construcción tan grande. ¿O de los necios? Pero en primer lugar, no hubo razón para que se ocupara de los ímprobos; en segundo lugar, ¿qué consiguió, dado que los necios son indudablemente muy miserables, precisamente porque son necios? (En efecto, ¿qué podemos decir más miserable que la necedad?) En segundo lugar, supuesto que en la vida hay tantos males, que los sabios mitigan por la compensación de los bienes, los necios no pueden ni evitar los males futuros, ni sobrellevar los presentes.


En Cicerón, Libro 1 a Sobre la naturaleza de los dioses.

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