domingo, 28 de septiembre de 2014

¿Se han preguntado cuánto hay que existe escrito en el mundo? ¿Cuánto llamado “conocimiento” tenemos históricamente y sin importar qué? ¿Cuánto existe de tipo oculto, secreto u omitido, o simplemente ignorado? ¿Reprimido? ¿Qué hay en el fondo de las cosas, de todas las cosas? ¿Qué registro “real” existe verdaderamente que haya sido hecho y sea posible tenerlo en uno u otro modo? Me lo he preguntado a menudo y continuamente. Quisiera resolver esta pregunta acerca de lo desconocido, de lo que sé que no veo ni he visto, que no poseo ni sé o conozco acerca de las cosas, de esas cosas que son y que son el tema de mi investigación como oficio y disciplina. He hecho hasta este día lo posible para fundar y formar una biblioteca pública con suficientes elementos como para hablar de una colección “seria” de “asuntos” o aún más de archivos que los contengan, bajo una visión multidisciplinaria y sistémica.

Me parece que mi razón es superar el mérito de nuestras ciencias, técnicas y saberes o bien, de nuestra sabiduría en sí, así como el conocimiento personal que cada uno tiene y el número final de posibles experiencias en consecuencia congruentes con las capacidades y modos de hacer y pensar de cada individuo que practique el extraño arte de leer e investigar (cuestionar, estudiar, comprender, definir, criticar), sea científico o no -y en especial aún no siendo científicos-, interesado en hallar la verdad o no, idealista o no, o revolucionario y radical. Mi interés personal y misión está en está en hacer un estudio público y un “sistema” de interacción entre sujetos que nos lleve a la construcción de una herramienta estratégicamente diseñada para “explorar” toda zona posible en este absurdo infinito de la razón hasta ahora. De crear una constante manera de trabajo científico útil y público, mediante la recolección de la mayor cantidad de datos, obras y estudios.

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