Coloquio de los Centauros
En la
isla en que detiene su esquife el argonauta
Del
inmortal Ensueño, donde la eterna pauta
De las
eternas liras se escucha: - Isla de Oro
En que
el tritón elige su caracol sonoro
Y la
sirena blanca va á ver el sol - un día
Se oye
un tropel vibrante de fuerza y de armonía.
Son los
Centauros. Cubren la llanura. Les siente
La
montaña. De lejos, forman són de torrente
Que
cae; su galope al aire que reposa
Despierta,
y estremece la hoja de laurel-rosa.
Son los
Centauros. Unos enormes, rudos; otros
Alegres
y saltantes como jóvenes potros;
Unos
con largas barbas como los padres-ríos,
Otros
imberbes, ágiles y de piafantes bríos,
Y de
robustos músculos, brazos y lomos aptos
Para
portar las ninfas rosadas en los raptos.
Van en
galope rítmico. Junto á un fresco boscaje,
Frente
al gran Oceano, se paran. El paisaje
Recibe
de la urna matinal luz sagrada
Que el
vasto azul suaviza con límpida mirada.
Y oyen
seres terrestres y habitantes marinos
La voz
de los crinados cuadrúpedos divinos.
Rubén
Darío, Prosas profanas y otros poemas
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